Nuestro Círculo

Año 3  Nº 86                                                     Semanario de Ajedrez                                            27 de marzo de 2004

ADOLF ANDERSSEN

(1818-1878)

 

Adolf Anderssen nació el 6 de julio de 1818 en Breslau, una de las ciudades alemanas con el ambiente intelectual y económico más estimulante al que podría aspirar un ajedrecista de principios del siglo XIX. El joven Adolf aprendió a jugar al ajedrez de la mano de su padre a la edad de nueve años, y desde entonces este juego se convirtió en su principal interés. Desde el punto de vista personal, Anderssen fue descrito por sus coetáneos como un hombre alto, corpulento, de potente voz, siempre sonriente y de trato amable.

En esa época, todavía no se habían celebrado los grandes torneos de finales del siglo XIX, y la actividad ajedrecística en cualquier lugar del mundo se caracterizaba por un relativo aislamiento. Cuando Anderssen empezó a trabajar sobre el ajedrez todavía no había casi torneos ni relojes de ajedrez, apenas alguna revista especializada faltando, incluso, reglas bien establecidas que tuvieran en cuenta todas las posibles incidencias durante una partida. Sin embargo, cuando nuestro héroe murió en 1878, el ajedrez ya había iniciado un camino sin retorno hacia el lugar que ocupa en la sociedad actual.

Durante su período de formación ajedrecística, en su juventud, Anderssen tuvo frecuentes contactos con algunos de los más célebres ajedrecistas alemanes de la época: Bledow, von der Lasa, Mayet y Loewenthal, entre otros.

Anderssen se dió a conocer al mundo del ajedrez, en primer lugar, como compositor de problemas. En 1842 se publicó una colección de sus problemas, aunque apenas era conocido como jugador por aquel entonces. Era el periodo de tiempo inmediatamente anterior a los grandes torneos internacionales, y no era fácil ganarse una reputación. Anderssen alcanzó la fama al desafiar y derrotar a todo aquel a quien tuviera a su alcance. En 1846, cuando se publicaron en Alemania las primeras revistas de ajedrez, Anderssen colaboraba con las tareas de edición del Del Deutsche Schachzeitung y uno de los maestros más reconocidos de su país. En torno a 1851, Anderssen estaba considerado como el mejor de Alemania.

Desde los días de Philidor, los ajedrecistas franceses e ingleses dominaron el mundo del ajedrez. Después llegó el Torneo Internacional de Londres de 1851, considerado como el bautismo del ajedrez moderno. En esa fecha se disputó en Londres un torneo internacional de ajedrez junto con la exposición internacional que se realizó en la capital británica. Anderssen ganó el primer premio haciendo gala de un estilo espléndido, y fue universalmente reconocido como el mejor maestro de ajedrez del mundo. Aunque el título de Campeón del Mundo aún no se había instituido, se puede considerar a Anderssen como el primer campeón mundial de la era moderna.

A pesar de su enorme talento y de la gran admiración que despertaba en su época, Anderssen pasaba por ser un hombre modesto,

 que vivió soltero toda su vida completamente entregado al ajedrez y a las clases de alemán y matemáticas que impartía en un instituto de educación secundaria de Breslau.

Respecto de su carácter es ilustrativa la anécdota que relata Zoilo Caputto en su maravilloso libro “El arte del estudio de ajedrez”:

“Cuando regresó victorioso del primer torneo internacional de Londres, sus alumnos le habían preparado un jubiloso recibimiento con el obsequio de una estatua que representaba la Victoria.

Al entrar en el aula, tras larga ausencia, se hizo un profundo silencio; pero no bien reparó en la estatua emplazada sobre su escritorio, el ceñudo profesor tronó con su habitual aspereza:

 – ¿Qué hace ahí esa mujercilla?

Los alumnos se quedaron atónitos, y pasaron algunos segundos antes de que el primero de la clase se atreviera a balbucear las felicitaciones de todos”. 

Desde esa fecha emblemática de 1851 hasta su muerte, el 13 de marzo de 1878, Anderssen jugaba al ajedrez siempre que tenía ocasión. Aunque fue derrotado por sus dos grandes rivales, Morphy en 1858) y Steinitz en 1866, hasta el final de sus días Anderssen se mantuvo entre los dos o tres mejores jugadores del mundo.

Es curiosa la forma en que tuvo su encuentro con Morphy en la primera visita a Europa del genial jugador norteamericano. Morphy tenía planeado viajar a Breslau para enfrentarse allí con Anderssen, pero tenía un fuerte resfriado que le obligó a permanecer más tiempo del previsto en el hotel Breteuil de París. Lo meritorio para Anderssen fue que él mismo fue quien se presentó en la capital francesa para jugar contra Morphy (aunque fue éste quien costeó el viaje del alemán con el permio que había ganado al vencer a Harrwitz en el café de la Règence). Ambos jugadores acordaron casi de inmediato las condiciones de su enfrentamiento, de forma que jugaron las once partidas en la habitación del hotel en el que estaba hospedado Morphy con su resfriado. El encuentro tuvo lugar la semana de Navidad de 1858, Anderssen fue claramente derrotado, y no tuvo incoveniente alguno en reconocer la superioridad del joven Morphy, sin

entrar en las típicas excusas características de los jugadores mediocres.

Con respecto a su relación con Steinitz, también Zoilo R. Caputto cuenta en su precioso libro la siguiente anécdota: “Entre los grandes campeones de ajedrez del pasado muy pocos tenían afición a escribir cartas, y Anderssen y Steinitz, al parecer, se contaban entre los menos dispuestos.

Cuando los dos se encontraron en el Torneo de Londres de 1862 pronto se hicieron muy amigos, y al margen del torneo jugaron entre sí con frecuencia. A la hora de la despedida el diminuto Steinitz estrechó la mano del inmenso Anderssen, y sabiendo de su también escasa disposición para escribir cartas le dijo:

 - Profesor, cuando yo le escriba no ha de contestarme usted.

- Yo nunca contesto— le replicó Anderssen.

- Y yo nunca escribo...— concluyó Steinitz.”

 (www.aprendeajedrez.webcindario.com)

 

Anderssen, A - Kieseritzky, L

[C33]London, 1851

 1.e4 e5 2.f4 exf4 3.Ac4 Dh4+ 4.Rf1 b5 5.Axb5 Cf6 Algunas fuentes muestran un orden distinto en las primeras jugadas 6.Cf3 Dh6 7.d3 Ch5

 Amenaza Cg3 y además apoya el peón de f4 8.Ch4 Dg5 9.Cf5 c6 10.g4 Este tipo de jugadas hacía la delicia de los ajedrecistas de hace ochenta años, y, por que no decirlo, también agrada a la multitud de aficionados de hoy en día, que buscan más la belleza que la corrección fría de la técnica. 10...Cf6 11.Tg1 cxb5 12.h4 Dg6 13.h5 Dg5 14.Df3 Cg8 Única para salvar la dama 15.Axf4 Df6 16.Cc3 Ac5 17.Cd5 Anderssen sigue la magnífica combinación que empezó en la jugada 11 y ahora define la partida de impresionante manera. Pero es evidente que la desproporción de material en acción debe dar sus frutos. 17...Dxb2 18.Ad6 Axg1 [18...Dxa1+ 19.Re2 Dxg1 20.Cxg7+ Rd8 21.Ac7#; 18...Axd6 19.Cxd6+ Rd8 20.Cxf7+ Re8 21.Cd6+ Rd8 22.Df8#] 19.e5 Dxa1+ 20.Re2 Ca6 21.Cxg7+ Rd8 22.Df6+ Digno y magnífico broche final 22...Cxf6 23.Ae7++

Las blancas han dado mate con sólo tres piezas menores y poseen nada menos que dos torres, la dama y un alfil de menos, pero las piezas valen por lo que hacen y no por su simple existencia. La partida es sin duda notable, pero los errores de planteo han sido muy graves por parte de Kieseritzky. Con sólo seguir con la jugada lógica 5...Ag7 en la apertura, en lugar de incurrir en el error de encerrarse la dama con el caballo, nada habría pasado. Pero esto no atenúa el mérito de Anderssen, que explotó de la manera más espectacular posible los yerros de su rival. 1-0

 

Anderssen, A - Dufresne, J

[C52] Berlin, 1852

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Ac5 4.b4 Esta jugada se denomina Gambito Evans. Su autor, el capitán Evans, la introdujo en la práctica de las partidas rápidas en 1832, sin suponer, sin duda, la trascendencia que algún día tendría en la técnica del ajedrez. Se trata de un gambito que tiene por objeto ganar tiempo en el desarrollo a costa del sacrificio de un peón lateral. La técnica ha probado que no es tan eficaz como se creyó en un principio, y ahora su práctica es casi nula. Sin embargo, llegó a merecer que libros como el Handbuch des Schachpiels le dedicaran 60 páginas de amplio formato para analizar sus complicaciones 4...Axb4 5.c3 Aa5 6.d4 exd4 7.0-0 d3 Una de las variantes mas lógicas. Las negras devuelven el peón sin favorecer el desarrollo del adversario, lo que sucedería después de 7.dxc 8.Db3, seguido de Aa3 y Cxc3 8.Db3 Df6 9.e5 Dg6 10.Te1 Cge7 11.Aa3 Las blancas tienen dos peones de menos, pero obsérvese qué magnífica movilidad poseen. La dificultad máxima de las negras es el desarrollo del alfil dama y ahora, en procura de resolver ese problema, entregan un peón para buscar a la vez una contraofensiva. 11...b5 12.Dxb5 Tb8 13.Da4 Ab6 14.Cbd2 Ab7 15.Ce4 Df5 16.Axd3 Dh5 Y en este momento se inicia una de las combinaciones mas extraordinarias que registra la historia del ajedrez. El valor de la misma estriba en el hecho de que, para llevarla a efecto, las blancas deben colocarse en posición de mate 17.Cf6+ gxf6 18.exf6 Tg8 Las negras parecen ahora tener un ataque más directo por la grave amenaza DxCf3. Un jugador moderno habría hallado el expediente de la victoria de más simple manera que Anderssen. Habría seguido, sin duda, con la prudente jugada indicada por Lasker 19.Ae4, defendiendo el caballo previamente, pero esto habría sido una claudicación para el impetuoso Anderssen, y lo que la partida perdió en sencillez lo ganó en emoción y brillo 19.Tad1 Finísima jugada que a primera vista parece una barbaridad. A una amenaza tan directa como la de DxCf3, con su desagradable derivado de un mate en g2, las blancas replican con una maniobra preparatoria, pero que encierra un propósito muy recóndito. 19...Dxf3 20.Txe7+ Cxe7 [20...Rd8 21.Txd7+ Rc8 (21...Rxd7 22.Ae2+) 22.Td8+ Txd8 (22...Cxd8 23.Dd7+ Rxd7 24.Af5+ Re8 25.Ad7#) 23.gxf3] 21.Dxd7+ La segunda sorpresa. Ahora las blancas sacrifican la dama para poder dar un mate tan bonito como original 21...Rxd7 22.Af5+ Re8 [22...Rc6 23.Ad7#] 23.Ad7+ Rf8 24.Axe7++ 1-0

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