Nuestro Círculo

Año 4  Nº 205                                                   Semanario de Ajedrez                                            8 de julio de 2006

REPORTAJE  AL

M.I. JULIO KAPLAN

 

NC: ¿Julio, cuándo y cómo fue tu primer contacto con el ajedrez?

JK: En la Argentina de los años 50 casi todos los chicos sabíamos por lo menos los movimientos de las piezas. Cuando yo tenía más o menos 9 años, mi hermano, mayor que yo, compró por curiosidad el primer tomo de Mi Sistema, el libro de Nimzovich. El nunca lo leyó, pero yo sí, y con él descubrí todo un mundo de posibilidades que me atrajo inmediatamente.

Al poco tiempo me acerqué al club de Adrogué que tenia una sección de ajedrez y gané el campeonato. ¡Obviamente el ajedrez era para mí!… Después asistí al Club Jaque Mate de la capital, donde  conocí a maestros muy fuertes como Raimundo García y formé parte del equipo de ping-pong del club.

NC: Después te destacaste internacionalmente ganando el Campeonato Mundial Juvenil de 1967.  Contanos.

JK: En 1964, teniendo yo 13 años, mi familia se mudó a Puerto Rico. Allí no se jugaba mucho ajedrez, pero había un pequeño grupo de aficionados que me ayudó a progresar. Siendo uno de los mejores jugadores del país, tuve oportunidad de participar en algunos torneos internacionales como la Olimpiada Estudiantil de 1966 y la Olimpiada Mundial de La Habana de 1966, donde conocí a varios grandes maestros, héroes de mi niñez, como Fischer, Petrosian, y otros que en ocasiones se paraban para ver mis partidas por ser yo el jugador más joven de la Olimpíada. Fischer incluso se interesó por algunas de mis partidas y me hizo preguntas y comentarios, lo cual me alentó mucho.

Finalmente, en 1967 fui al Campeonato Mundial Juvenil que se disputó en Jerusalén. Para sorpresa de todos, incluyendo la mía, gané el torneo sobrepasando a los favoritos Keene, Timman, y Hubner, que ya eran reconocidos internacionalmente.

NC: ¿Cuál era tu estilo, cómo evolucionó y qué jugadores o libros influenciaron en tu desarrollo?

JK: Como la mayoría de los jugadores jóvenes, yo era muy agresivo y buscaba los enredos tácticos. Sin embargo, me interesé mucho por el ajedrez posicional y los finales. Estudié en profundidad las partidas de Rubinstein hasta el punto de memorizar posiciones y temas de sus finales. Muchos años después llegué a jugar bastante bien los finales. También me dediqué al estudio de las partidas de Lasker. Recuerdo que llevaba un cuaderno donde apuntaba mis análisis y comentarios de esas partidas.

Creo que ésa fue una buena combinación, que podría recomendarse a muchos jugadores jóvenes en desarrollo. Es imprescindible manejar bien la táctica y apropiado para los jugadores jóvenes el buscar el juego táctico. Pero el estudio del juego estratégico y especialmente los finales lleva a entender el ajedrez  más profundamente, y ayuda a crear un armazón estable en las partidas.

NC: Muchos años después dejaste de jugar ajedrez. ¿Cuál fue la causa?

JK: Mi triunfo en el Campeonato Mundial Juvenil coincidió con mi ingreso a la Universidad de Berkeley de los Estados Unidos. Por tal motivo, en los años siguientes  jugué bastante poco, ya que me dediqué de lleno a mis estudios de matemáticas y computación. Nunca pensé que el ajedrez podría ser mi carrera, y además mis estudios me interesaban casi tanto como el ajedrez.

También, por coincidencia, me gradué justo en los días en que se jugaba el famoso match Fischer-Spassky. En los Estados Unidos hubo unos años de fiebre ajedrecística que influyeron en mi decisión de posponer mi carrera y dedicarme a jugar, enseñar y escribir sobre el ajedrez.

Pero ganarse la vida de esa manera era muy difícil. Mi carrera me interesaba mucho también (era la época en que comenzaba el apogeo del software) y me ofrecía una vida más estable, con más seguridad económica y con menos viajes. Ambas cosas se volvieron más importantes al nacer mi hijo Jared

Así que decidí volver a la Universidad, adquirí un grado más avanzado en computación y me dediqué a eso. Jugué una vez por año en el torneo de  Lone Pine, lugar cercano a la Universidad, pero finalmente dejé por completo el ajedrez. Era un poco difícil emocionalmente seguir jugando cuando la falta de estudio y práctica  me hacían declinar. Preferí entonces no jugar.

Pero seguí conectado con el ajedrez y al terminar mis estudios pude vincularme con una compañía que fabricaba productos electrónicos y quería hacer máquinas de ajedrez. Eso llevó a una relación de más de diez años, durante los cuales hice muchos de los programas que aparecieron comercialmente. Asi conocí, por ejemplo, a Kasparov, que prestó su nombre para mis programas. Una anécdota graciosa sucedió al conocerlo, cuando ya obviamente no podía competir con él en ajedrez. Pero me desafió a… ¡una competencia de flexiones de brazos! Yo le dije en broma que estaba demasiado viejo para eso; entonces me preguntó la edad y me dijo seriamente: “¡Si, realmente estás muy viejo! ”.  Yo tenia entonces 41 años,  la misma edad en la cual él se retiro. ¿Coincidencia?

NC: ¿Qué cosas te parecen buenas del ajedrez, especialmente para los jóvenes, y que cosas malas? 

JK: Para algunas  personalidades (¡como la mía!) el ajedrez puede ser demasiado absorbente. Muchos ajedrecistas viven  en su propio mundo, un poco desconectado del mundo de los demás. Claro está, lo mismo se puede decir de los músicos y los artistas en general. Por otra parte, en el mundo de hoy, donde hay tantos atractivos de cosas superficiales, el involucrarse en algo profundamente puede ser una cosa muy buena, aunque tenga algunos costos sociales o personales. Todo esto es, yo diría, el aspecto artístico del ajedrez.

Y sus cosas buenas son realmente excelentes. El ajedrez es uno de los modos en que los niños pueden aprender las consecuencias de sus acciones. Que no basta con querer una cosa y que hay que trabajar por ella, dentro de los límites de lo posible en la realidad. Cada jugada es como un experimento científico, donde ponemos a prueba nuestras teorías. Ese es el aspecto científico.

En su aspecto deportivo, uno aprende a ganar y perder con ecuanimidad. Y que siempre se puede aprender más y superarse. Aún las partidas que uno gana pueden analizarse para descubrir oportunidades para mejorar  nuestro  juego.

1) Kaplan-Timman, Jerusalen 1967. Se jugó en la primera ronda de la final. Timman era uno de los favoritos y un experto en la Francesa. Jugué una variante poco usual para sacarlo del libro y lo logré. El jugó muy mal y le gané en 18 jugadas. Fue la primera evidencia de que podía competir con los jugadores juveniles mejores del mundo, y me ayudó mucho a ganar el torneo.

 

 

Kaplan, J - Timman, J [C17]

Wch U20 Jerusalen, 1967

1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 Ab4 4.e5 c5 5.Dg4 Ce7 6.dxc5 Cbc6 7.Ad2 Cf5 8.Cf3 Axc5 9.Ad3 0-0 10.Ag5 Db6 11.0-0 Db4 12.Dh3 h6 13.a3 Db6 14.Axf5 exf5 15.Cxd5 Dxb2 16.Cf6+ gxf6 17.Axf6 Rh7 18.Dh5 1-0

2) Kaplan-Donner, San Juan de Puerto Rico 1969. Una breve partida que muestra el estilo de ataque de mis años jóvenes. 

 

Kaplan - Donner [B15]

San Juan, 1969

1.e4 c6 2.d4 d5 3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Cf6 5.Cxf6+ exf6 6.Ac4 Ad6 7.Ce2 0-0 8.0-0 Dc7 9.Cg3 Cd7 10.Te1 c5 11.Cf5 Axh2+ 12.Rh1 Cb6 13.Ce7+ Rh8 14.Dh5 Cxc4 15.Te4 Ag3 16.fxg3 Dxg3 17.Th4 Af5 18.Cxf5 Dg6 19.Dxg6 fxg6 20.dxc5 Tfe8 21.Txc4 Te1+ 22.Rh2 gxf5 23.Td4 Tae8 24.b4 f4 25.Txf4 Td1 26.b5 1-0

3) Larsen-Kaplan, San Juan 1969. Mi primera victoria contra un jugador de nivel mundial

 

Larsen, B - Kaplan, J [E21]

San Juan, 1969

1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cc3 Ab4 4.Cf3 c5 5.d5 d6 6.Ag5 h6 7.Axf6 Dxf6 8.Tc1 0-0 9.e3 e5 10.Ae2 e4 11.Cd2 Dg6 12.Rf1 Axc3 13.Txc3 Cd7 14.h4 Cf6 15.h5 Dg5 16.Db1 Af5 17.b4 Tac8 18.g3 b6 19.Ta3 b5 20.Txa7 bxc4 21.Cxc4 Cxd5 22.Cxd6 Cc3 23.Dc2 Cxe2 24.Dxe2 Ag4 25.De1 Tcd8 26.f4 Dd5 27.Cb7 Dc4+ 28.Rg2 Dc2+ 29.Df2 Td2 30.Tf1 Af3+ 31.Rg1 Txf2 32.Txf2 Dd1+ 33.Tf1 Dd2 34.Tf2 De1+ 0-1

 

4) Kaplan-Liberzon, Lone Pine 1980. Gané el premio de brillantez por segunda ronda consecutiva (en la anterior le gané a Bisguier). Un aspecto interesante es que hace unos años, al comprar una nueva computadora más rápida, le puse el punto clave de esta partida (20...Te8! en vez de f5?) y la dejé analizando. Inmediatamente dijo que las blancas estaban perdidas. Paso un día y ... lo mismo. Al segundo dia volví y… ¡decía que las blancas estaban mejor! No lo he analizado desde entonces. Podria ser un buen estudio para los lectores de N.C.

 

Kaplan, J (2475) - Liberzon, V (2545) [D85]

Lone Pine, 1980

1.d4 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 d5 4.Cf3 Ag7 5.cxd5 Cxd5 6.e4 Cxc3 7.bxc3 c5 8.Ae3 0-0 9.Tc1 cxd4 10.cxd4 e6 11.Ac4 Cc6 12.0-0 Ca5 13.Ad3 b6 14.h4 Ab7 15.h5 gxh5 16.d5 exd5 17.e5 d4 18.Axh7+ Rxh7 19.Dd3+ Rg8 20.Cg5 f5 21.exf6 Txf6 22.Dh7+ Rf8 23.Ad2 Td6 24.Df5+ Rg8 25.Df7+ Rh8 26.Tc7 Df6 27.Dxh5+ Rg8 28.Dh7+ Rf8 29.Ab4 Tad8 30.Ce6+ 1-0 …………………………………………………

Julio Kaplan nació en Argentina el 25 de julio de 1950 y emigró con su familia a Puerto Rico en 1963. Conocí a Julito cuando él tenía 6 años, como hijo menor del arqto. José Kaplan Fux, titular de la empresa constructora donde yo trabajé desde 1956 a 1962.

Hace muy poco tiempo tuve la fortuna de conectarme con él y con su familia por correo electrónico, después de 44 años.

R.P.

 

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