Nuestro Círculo

Año 3  Nº 81                                                     Semanario de Ajedrez                                              21 de febrero de 2004

ESTEBAN CANAL

1897- 1981

 

Siempre había oído decir que Tartakower fue “el ajedrecista más romántico de los últimos tiempos”, pero descubrí que el ajedrecista peruano Esteban Canal también fue un romántico del ajedrez, una especie de Quijote que rompió lanzas contra los molinos de viento de la intriga, la indiferencia y la mala voluntad. Tal vez su técnica no era tan depurada como la de Tarrasch o Capablanca, pero su inspiración y su fantasía desbordaron los límites teóricos de su época, impregnándolos con un tinte bizarro, realmente de caballería andante, en épicos esfuerzos por romper la rutina de las posiciones cerradas.

Si no, ¿cómo podría interpretarse su Variante de Gambito en la Defensa de los Dos Caballos? Por más de diez años fue un quebradero de cabeza para los teóricos y los analistas de laboratorio. ¿Y su clavada A5CD en la Defensa Eslava? Es tan sólida como audaz, en una época en que los principios tarraschianos otorgaban al alfil una superioridad esencial sobre el caballo y era casi una herejía cambiarlo por este ultimo. Y, por supuesto, todavía se la sigue utilizando ...

Y su temeraria salida de dama en el Gambito de Dama, que algunos devotos de nuestro compatriota han llamado Gambito Canal, aunque Tartakower la denominó Variante Veneciana por haberla jugado Canal contra él en Venecia en 1948, mientras el checoeslovaco Alster la llamó Variante Peruana. Una salida que aparentemente vulnera algunos principios básicos de la apertura, pero que dinamiza el juego de las negras, planteándole problemas tácticos y estratégicos a las blancas. Hoy se reconoce la vigencia de esta innovación, acorde con el principio activo de un juego más dinámico, con un sentido táctico coyuntural, y de ello es un ejemplo actual el controvertido Gambito Kasparov en la Defensa Siciliana.

Todo esto en cuanto a novedades teóricas, que así lo reputaban los estudiosos de entonces, porque en realidad Canal innovaba en la partida viva, cual un descubrimiento luminoso que surgía de súbito como producto de su genio creador, sin elaboraciones previas ni análisis anticipados. Es casi seguro que nunca volvió a emplear esas innovaciones. Los teóricos y comentaristas se encargaron de darle notoriedad a las mismas, calificándolas según sus propias impresiones. En todas sus partidas Canal jugó siempre con sentido creador en el terreno táctico, inspirado principalmente por su concepción de lucha psicológica, realizando jugadas que sorprendieran al adversario, lo molestaran o lo alteraran, desnivelando su esquema mental o rompiendo el equilibrio lógico de su reflexión teórica. Por cierto, esta concepción de Canal estaba muy lejos de cualquier táctica extra-ajedrecística. Se refería únicamente a lo dicho: hacer jugadas inesperadas, aparentemente absurdas que, si no eran combatidas dentro del contexto que les imprimía Canal, conducían a posiciones inferiores y, eventualmente, a la derrota.

La primera vez que oí hablar de Esteban Canal fue en 1934, en el Club de Ajedrez de Lima, cuyo Secretario Jorge Villanueva Camacho venía sosteniendo correspondencia con el gran maestro peruano.

Canal residía en Budapest, Hungría, y parece que tenía dificultades para actuar en los torneos internacionales. Además, tenía la ilusión de iniciar un movimiento para la formación de un bloque latino a fin de apoyar las aspiraciones de Capablanca de recobrar el título de Campeón Mundial.

Una dramática carta que recibió Villanueva, en la que Canal expresó su deseo de retornar a la Patria, hizo que el entusiasta y diligente Secretario gestionase ante varios ajedrecistas, socios del Club, acciones para obtener apoyo oficial a fin de financiar el viaje de Canal. Siempre optimista, Villanueva escribió a Canal dando por hecho el apoyo, pero transcurrieron varios meses y no se concretó.

Canal, impaciente, viajó por su cuenta, junto con su esposa Anna Klupacs, la compañera de su vida. Llegó al Perú a bordo del vapor San Pedro el 20 de Junio de 1935 y se le recepcionó esa misma noche en el Club de Ajedrez de Lima.

Tuve la satisfacción de asistir a dicha recepción, donde conocí al maestro. Pero, es evidente, que después las cosas no marcharon bien. Canal venía de un medio donde existían profesionales del ajedrez, algo desconocido en Lima, donde se practicaba un amateurismo puro. Su propuesta para que le abonaran honorarios por cada partida provocó desconcierto, por decir lo menos. Algunos socios aceptaron complacidos, otros no tanto y muchos se negaron en redondo. A partir de entonces se desató una sorda campaña, que en determinados círculos ajedrecísticos pretendía aislar al maestro. Un ambiente de incomprensión, de mentalidad inflexible, chocó con el carácter ágil, incisivo y sincero de Canal.

Hubo, sin embargo, algo más grave. A raíz de su venida al Perú, desde Argentina le invitaron al Torneo Internacional de Mar del Plata de 1936. Se gestionó entonces la ayuda oficial para cubrir sus gastos de viaje y los de su esposa, yendo hasta el Congreso las solicitudes en ese sentido. Mas se interpuso una increíble oposición de quienes vetaban a Canal, por no estar casado...religiosamente.

Canal, indignado, volvió a liar maletas y se embarcó para España. Lo triste fue que poco después de su partida llegaron los pasajes para Canal y su esposa, enviados por Roberto Grau, destacado ajedrecista argentino, quién se había enterado de la situación. Demasiado tarde, por cierto.

¿Quién era Esteban Canal?

Poco se sabe sobre su vida y, ese poco, está envuelto en una nube de misterio, es casi una leyenda. Sin embargo, de sus propios labios, supe que había sido grumete en un barco velero, nada menos que en un  barco de carga que transportaba trigo desde Australia. ¿Cuándo fue eso? No logré averiguarlo, pero pude apreciar sus amplios conocimientos náuticos y marineros.

Se dice que nació en Chiclayo, el 19 de Abril de 1896, como lo señala The Encyclopaedia of Chess de Anne Sunnuchs, o en 1897, como lo apunta el Profesor Albert Becker, célebre ajedrecista austríaco. Era hijo de un acaudalado industrial de la capital lambayecana y viajó muy joven, a la edad de 13 años, a estudiar a Europa, primero en España y dos años más tarde en Francia. Como estudiante pasó cierto tiempo en Bélgica, radicándose en 1914 en Alemania para estudiar medicina; allí aprendió a jugar el ajedrez. Según la revista austríaca Wiener Schachzeitung, ganó en 1916 un torneo en Leipzig, ciudad alemana antiguamente denominada Lipsiae, donde superó a varios maestros locales. Otra versión dice que ganó el título de Campeón de Sajonia.

En 1917 Canal pasó a Suiza, donde jugó varias partidas con Teichmann y Hans Johner, maestros de cierto renombre, obteniendo éxito en ellas. Se radicó en Italia hacia 1923, y en Turín lo encontró Alekhine durante una gira ajedrecística. Se afirma que jugaron una partida que fue tablas y que impresionó mucho al gran Alejandro, recomendándole que participara en torneos, consejo que Canal siguió, pues Alekhine hizo renacer su entusiasmo por el ajedrez.

Por eso, cuando en 1923 surgió repentinamente al conocimiento ajedrecístico mundial actuando en el Torneo Internacional de Trieste, donde quedó en segundo lugar, causó sensación por el vigor y originalidad de su juego, frente a maestros de reconocida jerarquía y larga trayectoria. Apreciemos la partida que jugó contra el suizo Paul Johner, vencedor del torneo, donde planteó su famoso gambito contra la Defensa de los Dos Caballos que tanta polémica provocó entre los teóricos.

 

Canal, Esteban     -     Johner,  Paul F.

[C56]

Trieste Trieste, 1923

(Comentarios del propio Canal)

1.e4 e5 Esta antiquísima posición simétrica de avanzada ha dado lugar a innumerables aperturas y variantes, reforzadas con la experiencia y el análisis; pero en todas prevalece la idea del affiancamiento, esto es el Blanco buscará avanzar d4, y el Negro buscará avanzar d5, o también f5.

 Es verdad que este affiancamiento puede ser adelantado o retrasado, según la apertura elegida y las referencias del jugador, pero este será siempre la mira del atacante y la esperanza de defensor. 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Cf6 Esta movida es más dinámica (no digo que mejor) que 3... Ae7 o 3... Ac5, porque al mismo tiempo que se ataca la avanzada de e4, se prepara d5. 4.d4 ... Entre las varias continuaciones, ésta es la más agresiva. La avanzada blanca lucha y se sacrifica por abrir el máximo de líneas a sus propias piezas. 4... exd4 5.0-0 Cxe4 6.Te1 d5 De esta manera el negro recupera el equilibrio, pero deberá superar aun complicaciones tácticas. 7.Cc3 ... Una novedad insidiosa. El Negro sin embargo evita inmediatamente las complicaciones. 7 ... dxc4 Aceptar la pieza es peligroso, por ejemplo: 7... dc3 8.Ad5 f5 9.Cg5 Ac5 (Si 9...Ce5 10.Cf7¡) 10.Ce4 fe4 11.Ac6+ bc6 12.Dh5+ con un formidable juego. 8.Txe4+ Ae6 Aun era de considerar 8... Ae7 9.Cd4 O-O (o bien 9... f5), pero el Negro desea conservar la pequeña ganancia de material. 9.Cxd4 Cxd4 10.Txd4 Dc8 Con la desaparición de su avanzada (ya que por ahora el peón de d4 no puede ser considerado como tal, por tratarse de un punto neutro y sin importancia) la lucha asume características predominantemente tácticas: lucha preferida por los antiguos jugadores y donde todo el tiempo hay movimiento. La estrategia requiere de principios y de raíces sólidas y permanentes, mientras la táctica se aferra al momento fugaz. 11. Ag5 Ad6 El Negro debía parar la amenaza Td8+. Aparte del movimiento del texto, hay sólo dos posibilidades: 11...Ae7 o bien 11... f6. Veámoslas. Si 11... Ae7 12.Axe7 Rxe7 13.Dh5¡ con un juego lleno de recursos. Si por el contrario 11... f6 entonces 12.Axf6 gxf6 13.Dh5+ Af7 (también 13... Re7) 14.Te1+ Ae7 15.Txe7+ Rxe7 16.Dc5+ Re8 17.Te4+ Ae6 18.Cd5¡ con ataque decisivo. 12. Ce4 O-O Evidentemente forzada. 13. Cf6+ gxf6 La captura es forzada, ya que a 13... Rh8 seguiría 14.Dh5 Af5 15.Th4 (amenazando mate en dos) 15... h6 16.Axh6 etc. 14. Axf6 Ae5 El Negro debe devolver todo el material ganado para salvarse de la amenaza Dh5, con mate inevitable. Las otras defensas son insuficientes, por ejemplo 14... Te8 15.Dh5 Af5 16.Txd6 cxd6 17.Dh6 Te1+18.Txe1 Df8 19.Dg5+ Ag6 20.Ac3 con juego superior. O bien 14... Td8 15.Dh5 Rf8 16.Dxh7 Re8 17.f4! y el Rey negro debe permanecer en el centro del tablero. O también 14... h6 15.Dh5 Rh7 16.Th4 Af4! 17.Ag5! Axg5 18.Dxg5 y mate a la próxima. 15. Axe5 f6 16. Ag3 Td8 El Negro desea liberarse pronto de la presión enemiga y ello es explica ble después de tanta angustia. En este momento es mejor tal vez jugar 16... Tf7 o también 16... c6, para colocar su Alfil en d5, pero en todo caso el Blanco conserva una buena iniciativa. Después de la jugada del texto las molestias empiezan nuevamente. 17. Ah4 c5 Claro que después de 17... Rg7 18.Df3 Tf8 19.Tad1, y eventualmente Tf4, el Negro estaría mal. 18. Txd8+ Dxd8 19. Df3 Rg7 El Negro tiende ahora algunas trampas para salvarse. Si 20.Axf6+ Dxf6 21.Dxb7+ Af7 22.Dxa8 Dxb2 y la inofensiva avanzada de c4 adquiere virulencia. 20. Dxb7+ Af7 21. Df3 Tb8 Invitando al Blanco a 22.Axf6+ Dxf6 23.Dg3+ Dg6 24.Dxb8 Dxc2 pescando en aguas revueltas. 22. Td1 Db6 La única jugada que permite vigilar los dos puntos amenazados: b8 y f6. 23. Dg3+ Ag6 Con la intención de tentar al Blanco a mover 24.Td6, a lo que seguiría 24... Dxb2 25.Axf6+ Dxf6 con victoria segura del Negro. 24. Td7+ Rf8 Todavía buscando provocar 24.Td6. Pero el Blanco responde con una bella jugada decisiva que es, a la vez, una celada. 25. Axf6 Tb7 Lo mejor. Si en cambio 25... Te8 (amenazando Dxf6 y Te1+) 26.Ac3 Dxb2 27.Dd6+ Rg8 28.Tg7+ Rh8 29.Te7+ Dxc3 30.Txe8+ Axe8 31.Df8 Mate. 26. Td8+ Rf7 27. Df4 De6 28. Ac3+ Df5 Si 28... Af5 29.g4 29. Dxc4+ De6 30.Tf8+ Re7 31.Dxc5+ Rd7 32.Dc8+ El negro abandona 1-0.

Al concluir esta semblanza de Canal cabe reafirmar que, sin duda, fue el último romántico del Ajedrez pues, como siempre lo afirmó: “Jugaba el ajedrez por el ajedrez mismo”, en busca del triunfo, imprimiendo a su estilo un factor predominante de fuerza espiritual, de ingenio, de sutileza, de honestidad y sin dobleces. Cuando falleció, el 14 de febrero de 1981, a los 84 años de edad, ya no existía ninguno de los grandes maestros que hubiesen podido aspirar a ese título, entre ellos Charousek, Yates, Rubinstein, Spielmann, pero en especial Tartakower, que lo ostentó hasta su muerte en 1956. Aunque estoy convencido de que, entre todos los ajedrecistas, nadie encaró la vida de modo tan romántico y quijotesco como lo hizo Canal. Y ese fue su estilo en todas y cada una de las partidas que jugó.

Y será su recuerdo...

 

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