Allí, con Osmar Santoro,
Carlitos Benincasa, Néstor Spagnuolo, Andrés Reinoso, Perez
Pietronave, Onsari, Angelillo, Tallone, Castría y muchos otros
chicos, jugábamos, aprendíamos y nos divertíamos. Nuestros
“maestros” eran en primer lugar Gustavo Aguila, el qué más se dedicó
a nosotros, Murat, García, Carlos Gentile, Alberto Foguelman y en
general todo el que supiera más que nosotros.
No quisiera dejar de mencionar a
Francia, el cual fue la primera persona que conocí en el club y del
cual guardo un grato recuerdo.
Siempre se los veía jugando y
jugando sin parar...
Sí, jugábamos mucho. Y
participábamos de todo lo que hubiere, torneos ping-pong, acertar
jugadas de Foguelman, simultáneas, torneos abiertos y por categoría.
¿Cómo llegaste a Primera?
Estudiando y leyendo mucho. En mi
caso los 4 tomos de Grau fueron la gran clave. A los 14 años ya
había llegado a primera categoría, luego de ganar el torneo de
cuarta, tercera y segunda.
Contame algo de tus logros
fuera del Club
Tuve mis momentos de gloria.
Quizás el más importante fue cuando obtuve el Torneo Metropolitano
Cadete en 1986. Cuando gané la última partida pensé que tocaba el
cielo con las manos. Fue el día más feliz de mi vida. Había quedado
delante de muchos que hoy día son Grandes Maestros Internacionales.
Tuvo un plus de emoción sobre
todo porque el año anterior, en el mismo torneo y en la última ronda
con empatar o ganar me clasificaba para el argentino, pero… perdí.
Me había ido llorando sin parar y me prometí estudiar y estudiar
para que no me volviera a pasar. La recompensa vino un año después
con ese importante logro.
¿Vos eras de la generación de
Zarnicki, Valerga y Spagenberg?
Sì, y aprovecho a anotarme un
poroto: En aquellos años le gané a Zarnicki, Spagenberg, Giaccio y
De Dovitiis entre otros. Con Diego Valerga empaté varias veces.
(¡Ojalá, de más grande, hubiera podido seguir los pasos de estos
“monstruos”!).
Todos teníamos la misma edad y
nos cruzábamos en los torneos metropolitanos y argentinos. Hicimos
muchos viajes por el país. Fueron momentos muy lindos para un
adolescente como era yo en ese entonces. De esta época quiero
agradecer especialmente a Gustavo Aguila y a Enrique Blusztein que
me acompañaron a varias competencias nacionales.
Contame, ¿cómo te está yendo
en Bariloche?
Muy bien. He encontrado un grupo
maravilloso de gente. Estamos muy motivados para hacer un ajedrez
grande en el Sur.
¿Qué están haciendo?
Hay mucho por hacer y en ese
sentido estamos realizando: torneos con mayor asiduidad, eventos
para los chicos, simultáneas y publicidad paga o a través de notas
periodísticas en distintos medios locales. Hemos conseguido que el
único Shopping de Bariloche se interese por nuestra actividad y nos
apoye con eventos especiales en el centro comercial y aportando
importantes premios.
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