Nuestro Círculo

Año 4  Nº 156                                                        Semanario de Ajedrez                                                30 de julio de 2005

DOMÉNICO L. PONZIANI

1719-1796

 

Doménico Lorenzo Ponziani nació en Módena en 1719 y murió en 1796. Es probablemente el más grande de los compositores de Estudios de Ajedrez del siglo XVIII. Se consagró sacerdote en 1764, y fue jurista y profesor de la universidad. Vivió en la villa de Santo Crocifisso de “La Crocetta”, muy cerca de Módena, Italia.

En el ducado de Módena se destacaron en el siglo XVIII tres ajedrecistas y autores cuyas obras ejercieron gran influencia sobre los tratadistas del siglo siguiente y aplicaron los nuevos cánones estéticos y técnicos en el arte de la composición ajedrecística. Ellos fueron Ercole del Rio, Giambattista Lolli y D. L. Ponziani.

Doménico Lorenzo Ponziani fue un personaje importante del clero católico de Módena, abogado, distinguido ajedrecista y autor, que era canónigo cuando en 1769 editó su libro “El juego incomparable del ajedrez…”, si bien lo hizo bajo el discreto anonimato de “autor modenés”, seguramente para preservar la dignidad de su jerarquía eclesiástica.

Ponziani fue en todo un hombre muy responsable, jugador de estilo posicional –como lo demuestra la apertura que lleva su nombre por ser su planteo favorito- recién cuando renunció a su cargo de protonotario apostólico por razones de salud pudo dedicarse por entero a sus estudios predilectos, entre ellos el ajedrez. Dominaba varios idiomas y eso le permitió leer a otros autores en su lengua y dar a conocer las opiniones que le merecían en su libro.

Su obra, bastante exitosa, tuvo tres ediciones y sus valores ajedrecísticos están fuera de toda duda a pesar de algunas particularidades locales de las reglas italianas del juego. La primera parte contiene los principios teóricos, en la segunda se analizan las principales aperturas y en la tercera se tratan los finales y otras obras compuestas.

El juicio de Ponziani sobre algunas posiciones teóricas singulares ha sido en general acertado: dio la versión exacta de la posición de tablas en el final de Dama contra dos caballos y de Dama contra Alfil y Caballo; aunque también dijo –quizá influido por los análisis de Philidor- que Torre y Alfil vencen regularmente contra una Torre, lo cual fue desmentido con el correr del tiempo.

Sus problemas no van más allá de todo lo conocido en la época; son interesantes pero no demasiado originales y se ve que fueron concebidos como juegos de partida. En cambio, sus finales suelen resultar sorprendentes, no sólo por sus ideas y por la estricta economía en el uso del material, sino también por la dificultad de la solución, que a veces hasta llega a superar al mismo compositor.

Ponziani cierra su libro con diez composiciones sin incluir las respectivas soluciones, proponiéndole al lector que él mismo las descubra con su propio esfuerzo, como un medio útil de enseñanza.

Entre sus trabajos, mostramos los siguientes:

Nº 275

Gana el Negro.

Es obvio que para ganar, el Negro debe conservar el Pg6: 1… Ce4+ 2.Rh3 (si 2.Rf3 Cc5! 3.h5 gxh5 4.Rg3 Cd3 5.Rh4 Cxf4 6.c5 Rg6 y gana) 2… Cf2+ 3.Rg3 Cd3 4.h5 (si ahora 4.Rh3 Cxf4+ 5.Rg3 Re4 6.c5 Ch5+ etc) 4….gxh5 5.Rh4 Cxf4 6.c5 Rg6 7.c6 Cd5 8.Rh3 Rxg5 9.Rg3 h4+ 10.Rh3 Rh5 11.Rh2 Rg4 12.Rg2 h3+ 13.Rh2 Rh4 14.Rg1 Rg3 15.Rh1 Cf4 16.c7 Cd3 17.c8=D Cf2+ y mate inevitable. Un final de gran nivel técnico para la época.

 

Nº 276

Negro hace tablas

El tema de la “torre suicida” 1…Tg7 2.Cg3 (si 2.Th2 Th7 ó 2.Tg3 (g1) Txg3 3.Cxg3 e2 y tablas; y si 2.Cf4 Txg2 3.Cxg2 e2 4.Ce1 , es imposible que el blanco pueda ganar) 2…e2 3.Txe2 Txg3, y según el enunciado, el autor debió suponer que ahora, o más adelante, este final era tablas.

Con la experiencia de mis análisis en el estudio de Capablanca, sabía que esta posición no podía darse por tablas y pronto hallé la verdadera solución; pero más tarde me enteré que en 1878 en “Nuova revista degli scacchi”, L.Centurini ya había demostrado cómo ganaba el blanco. A él le cedo pues todos los derechos de prioridad.

4.Rb6 Tb3+ 5.Rc7 Tb7+ 6.Rd6 [si 6.Rc8? Tc7+ y tablas; pero no 6…Tb2? 7.Te4! Ta2 8.Tb4). 6…Th7 7.Tb2  Th6+ ( o 7…Th8) 8.Rc5 Th5+ 9.Rb6 Th2 10.Tb5! Th5 (si 10…Tb2 11.Cb4 Rb8 (11…Tb1 12.Rc7) 12.Ca6+ Ra8 13.Cc7+ etc.) 11.Ce5! Th7 12.Rc6 ! (no 12.Ta5+ Rb8 13.Cc6+ Rc8 14.Ta8+ Rd7 !  15.Ta7+ Rc8 16.Txh7 ahogado; o bien 16.Ce7+ Rd8! 17.Ta8+ Rd7!) 12….Ta7 Pierden también: 12…Th6 13.Rc7 Ta6 14.Cc6 Tb6 15.Ta5+; o 12…Tg7 13.Tb1 Th7 14.Tg1! Te7 15.Cd7, etc. ó 12… Te7 13.Cd7 Te6+ 14.Rc7 Ra7 15.Tb7+; y aún 12…Tb7! 13.Td5 Te7 (si 13…Tg7 o 13…Th7 14.Td1,etc.) 14.Cd7 Te6+ 15.Rc7 Ra7 16.Td1 Th6 17.Ra1+ Ta6 18.Th1 Ta2 (18…Tg6 19.Ce5, etc.) 19.Cb8 seguido de 20.Cc6+ y 21.Tb1.] 13.Cd7 Ta6+ 14.Rc7 Ta7+ 15.Rc8 Ta3 16.Tb8+ Ta7 17.Tb7+ Ra6 18.Cb8+ Ra5 19.Cc6+ y gana.

Si bien es cierto que el estudio de Ponziani fue demolido, es de celebrar el aporte teórico que significó la misma demolición.

(Tomado de “El arte del estudio de ajedrez” de Zoilo R. Caputto, Madrid 1992)

 

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