SAVIELLY  TARTAKOWER

1887-1956

Savielly Grigorievich Tartakower nació el 21 de febrero de 1887 en Rostov, Polonia, cuando ese país era dominado por el imperio ruso. Su infancia fue un poco paradójica: nació en Polonia, pero no hablaba polaco, sino ruso; sus padres eran judíos, pero le bautizaron al catolicismo. A los dieciséis años dejó Rusia y se instaló en la parte francófona de Suiza, trasladándose en 1904 a Viena, en donde comenzó la carrera de Leyes. En esta ciudad  jugaba en el célebre Wiener Schachklub, el club más grande y distinguido de Viena. El club tenía más de 700 socios y en él jugaban la flor y nata de la burguesía y la nobleza vienesa. Antes de la Primera Guerra Mundial participó en algunos torneos importantes, como el de Carlsbad (1907), pero aún no estaba considerado como maestro integrante de la élite del ajedrez, a pesar de haber obtenido la segunda posición en el torneo "Gambito" Baden (1914), detrás de Spielmann, y ganar algún premio de belleza. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el ejército austriaco con el grado de teniente, luchando en el frente ruso en donde hizo gala de una gran valentía pues muchas veces fue voluntario de las misiones más arriesgadas. Al acabar la guerra, Tartakower se convirtió en un jugador profesional y, al igual que Janowsky, fue un gran jugador de ajedrez... y de los casinos, por lo que siempre estaba lleno de deudas. En los años 20, se nacionalizó ucraniano y después polaco, aunque residía en Francia. Finalmente, se nacionalizó francés y durante la Segunda Guerra Mundial formó parte de la Resistencia.

Tartakower fue un hombre muy culto: se doctoró en Leyes en Viena y, tal como afirma Reti en su obra “Los grandes maestros del tablero”, traducía poesía rusa al alemán y al francés, además de escribir guiones para películas. Murió en París el 5 de febrero de 1956.

Tartakower tenía una mentalidad lúcida, abierta y, ciertamente, genial. Fue un gran innovador en su época y, de hecho, el que inventó el término hipermodernismo. Fue un Gran Maestro muy original, pues intentó rejuvenecer viejas aperturas que habían caído en desuso por la influencia de la escuela clásica de Tarrasch, sobre todo la Defensa Holandesa y, en especial, el Muro de Piedra (Stonewall), que elevó a un virtuosismo digno de alabanza gracias a su espectacular victoria sobre Geza Maróczy en el torneo de Toeplitz-Schoenau (1922), ¡en la que sacrificó una Torre en plena apertura! También intentó despertar de su eterno sueño el Controgambito Albin con una nueva variante: 1.d4,d5; 2.c4,e5; 3 de5,d4; 4.Cf3,c5(?!), pero su contundente derrota con Tarrasch en el torneo de Berlín (1920) le hizo ver que esta variante no era muy satisfactoria.

Tartakower investigaba los viejos sistemas hasta el límite y los adoptaba a las nuevas corrientes hipermodernas. En especial, inventó un sistema de Peón de Dama con fianchetto del Alfil de Rey que originó la Apertura Catalana (1.d4, Cf6; 2.c4, e6; 3.g3) y que la dio a conocer a nivel magistral en el torneo internacional de Barcelona de 1929.

Uno de los aspectos más curiosos de este Gran Maestro son sus citas ajedrecísticas (semejantes, en cierta medida y sin que se sientan insultados los filólogos, a las greguerías de Ramón Gómez de la Serna), siempre llenas de ingenio, de las que ha dejado una gran muestra, por ejemplo:

"En ajedrez, siempre gana el que comete el penúltimo error".

"El enroque es el primer paso hacia una vida ordenada".

"Nadie ha ganado una partida abandonando".

"Los errores están aquí, esperando que alguien los cometa".

"Del ajedrez no se puede vivir, mas se puede morir".

"La táctica es saber lo que hay que hacer cuando hay algo que hacer; la estrategia consiste en saber lo que hay que hacer cuando no hay nada que hacer".

"Una partida siempre se gana por un error, sea propio o del contrario".

Tartakower escribió muchos libros de ajedrez, como “La partida hipermoderna de ajedrez”, “Ajedrez metódico”, “Ajedrez neorromántico”, “Estrategia moderna en ajedrez” o una antología de sus partidas, “Mis mejores partidas (1905-1931)” y “Mis mejores partidas (1931-1954)”. También escribió para muchas revistas de la época. Sus mejores resultados, teniendo en cuenta solamente los principales torneos internacionales, fueron los siguientes: